Empezamos con un puzzle en nuestras cabezas. Queríamos una radio diferente, cultural, alternativa.
Comenzamos a pensar, a trabajar, a crear…. Colocando piezas por aquí y por allá. ¿Cómo lo haremos? ¿Cómo se llamará la radio? ¿Quién participará? ¿Gustará? Parecía un sueño que nunca se haría realidad.
Deseábamos tener una radio plural y queríamos tener en cuenta el español, el guaraní y el yopará. Para ello empezamos a investigar y valorar posibles nombres hasta que encontramos: Ayvu!!!! Que significa ruido, pero también algo mucho más profundo…
¡Che Ayvu! era el saludo de los ancestros guaraníes. Y significa: Te entrego mi palabra, el manantial puro de mi alma.
Estábamos cansados, pero felices. Teníamos que encontrar un lugar físico en medio del Salazar para la radio. ¿Dónde, dónde? Queríamos que la radio estuviera en medio de todo, siempre presente. Y encontramos el lugar ideal… ¿Qué mejor lugar que esa habitación en medio de la sala de exposiciones donde casi nunca nadie entra? ¿Por qué no la convertimos en una cabina de radio rosa chicle?! Empezamos las obras y por fin, un día inesperado nos trajeron el cartel luminoso de la radio…y CHAAAAAAAAAN!!!! ¡Una primera luz de esperanza!