Calma tus malestares y tranquilopa

Solo necesitas remedios refrescantes, yerba, bombilla, jarra, guampa para refrescarte realmente de verdad y sentirte tranquilopaaaa...




Los guaraníes tuvieron un profundo conocimiento de la flora e hicieron de ella una aplicación justa; creían que toda planta debía tener propiedad curativa y tenían conocimientos de la afinidad de ciertas plantas y del antagonismo entre otras.

Propiedades medicinales

En cuanto a propiedades terapéuticas, tuvieron un vasto conocimiento y de ello hicieron grande aplicación. Distinguían los pha ro’ysã o refrescantes, que empleaban como tales y como diuréticos, en las fiebres, dispepsias, los pohã rakú o remedios calientes, como el jaguarundí, la borraja, etc., que empleaban en los catarros, bronquitis y enfermedades debidas a enfriamiento; los pohã pochý o remedios bravos o peligrosos (tal como distinguían alimientos pesados y leves, o calientes y fríos, los que se pueden y los que no deben mezclarse) que se usaban con cuidado y bien dosados; y también depurativos, vomitivos, astrigentes, diuréticos, febrífugos, bálsamos y resinas, vulnerarios, carminativos, expectoreantes, repelentes, antídotos, etc. Había solamente un pequeño grupo de plantas que no tenían virtudes o propiedades medicianles, los ka’amará-mba’é.

Los más solicitados

Coco o mbocaajá: El cocotero es una de las plantas más útiles. 
Su raíz se usa para catarros de vías respiratorias, la tos convulsa, el asma. Las hojas sirven para afecciones del hígado y vías urinarias.

Agrial o ka’a hái: Además de ser plantas ornamentales sirven para afecciones de gargantas, las hojas se aplican sobre herídas y partes inflamadas.

Cola de caballo o kavajú ruguái: Diurético y depurativo een afecciones urinarias y hepáticas.

Menta’i: Se emplean las hojas como calmante, digestivo y también contra la tos.



Fuente Bibliográfica: González Torres, Dionisio; Catálogo de plantas medicinales (y alimenticias y útiles) – Usadas en Paraguay; Editorial Servilibro; 2005; Asunción-Paraguay.

Este proyecto es parte de una serie de instalaciones resultado del Laboratorio "Prácticas Apócrifas" desarrollado en el Centro Cultural de España Juan de Salazar.
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